Un adiós en tu partida…

 

Ruben Dario Mochila Cantora

Por: Luis Carlos Villamizar Mutis

Si bien en cada oportunidad que me siento a escribir estos recuerdos, a veces perdidos en la bruma de mi memoria, una vez localizados aparecen otros que me hacen suspirar con nostalgia por todo lo vivido.

Hace alrededor de veintitantos años en una audición para los intérpretes interesados en participar en el Festival Mono Núñez, una agrupación inolvidable, el Cuarteto Jara, llevaba como uno de sus integrantes a un joven delgado, con una cara de viveza muy especial, quien complementó el grupo de una excelente manera. La vida nos permitió desde esa época hasta hoy la oportunidad de gozar de su amistad, la de él y la de su padre, de admirar su profesionalismo sus dotes de compositor, de intérprete, de arreglista, de creador de agrupaciones ganadoras en el ámbito nacional e internacional, de los más profundos afectos de nosotros, sus coterráneos, y de una capacidad como pedagogo muy difícil de emular.

Quizá por la misma época, un poco más adelante, una estudiante de música que estaba preparando su proyecto de grado nos visitó, nos entrevistó, le dimos nuestras opiniones y también en ese momento se generó un lazo de afecto muy especial. Ella se dedicó a una labor pedagógica  de excepción, inimitable e invaluable, con una férrea disciplina que muestra cada día unos resultados acordes a esas calidades y cualidades.

Esos dos personajes en el transcurrir del tiempo se encontraron, se casaron, han tenido tres hijos, por supuesto semillas musicales que van a perpetuar, estoy seguro, lo que han hecho sus padres.

Nosotros en el Festivalito Ruitoqueño y en la Fundación Armonía nos hemos sentido honrados por el valiosísimo aporte que ellos con sus agrupaciones de manera más que generosa nos han llevado, en el que han dejado una huella imborrable que permanecerá con nosotros hasta que ellos lo decidan y la vida nos lo permita.

Rubén Darío, María del Pilar y sus tres tesoritos viajan…Se nos van en búsqueda de conocimiento, de experiencias, de nuevos horizontes, nos dejan, no es de extrañar, una Mochila Cantora viva, con personas perfectamente capacitadas por ellos que van a cuidar ese patrimonio tan especial hasta su regreso, quizá en un par de años.

No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós, muy pronto junto al fuego, nos reunirá el señor…

Un adiós en tu partida…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *