Nuestros viejos teatros

garnica

¡Cómo los extrañamos! el Garnica, el Unión, el Real, el Rosedal, el Sotomayor y el Analucía. Cada uno tiene o tuvo sus historias en lo que mí se refiere, y seguramente a muchos también.

El Garnica: fui a ver una de esas funciones épicas de las superseries, el Potro Pinto creo que se llamaba, compré papas, gaseosa, entré con todo en mis brazos, estaba lleno, ya habían apagado las luces, vi la única silla vacía que había, me senté y al recostarme, ¡caí de espaldas en los brazos de alguien! No tenía espaldar, por eso estaba desocupada.

El Real: con esa afición de siempre al cine, me volé del colegio, el Técnico le decíamos al Instituto Técnico Superior Dámaso Zapata, del que con tal de salir de mi me graduaron a la fuerza. Ingresé al teatro a ver una película francesa de Jean Moreau, una hermosa mujer, el recinto medio vacío, me senté y al rato alguien se sentó unas dos o tres silla a mi derecha…¡era mi papá! Qué susto.

El Unión: tuve tres experiencias bellísimas: vi mi única función de zarzuela, Luisa Fernanda, inolvidable, estuve (con mi padre) apreciando la Orquesta Típica de Miguel Caló, argentina y con mi familia Villamizar estuvimos en el homenaje que el padre Perico le organizó al maestro José A. Morales, en el que participaron el mismo maestro, nuestro ícono Pacho Benavides y el grupo Los Dovers (que rareza, cantaban bambucos y ese nombre) conformado por Jairo y Luis Emilio Arenas, Josué Navas, Álvaro y Gabriel Palomino, Eduardo Villamizar y Pedro Toloza, en fin.

El Sotomayor: Esa fue la prueba máxima de que sobreviví a un susto que podría acabar con uno. Me volé del colegio ¡otra vez!, función vespertina, dos películas, había un asiento doble al iniciar el corredor, me senté y al rato, se sentó en el otro…¡el hermano lasallista que era el rector del Técnico¡

El Colombia: carrera 15 con calle 13 o algo así, allí vimos con mi padre el mundial de fútbol de 1958, Suecia, película en blanco y negro.

El Libertador: carrera 15 calle 22, creo que vi todas las películas mexicanas musicales (casi todas lo eran)

El Rosedal: algún día conseguí los pocos pesos que valía la entrada, entré corriendo como loco pues llegué tarde, me senté…y qué desilusión, ya había visto la película: El rostro impenetrable con Marlon Brando. Todavía no sabía lo grato que es repetirlas. Y años más adelante, con María Victoria Prieto (bandola) y su hermano Alonso (tiple), yo guitarra, ganamos un festival que organizó el Colombo Americano con el teatro lleno hasta las banderas, Kiko Navarro fue el presentador.

El Analucía: ¡Ocurrió un milagro, no lo tumbaron! Me refiero al Analucía, estuve en la inauguración con la presentación en vivo de los Bee Bops, una agrupación maravillosa, los Acosta, los Serrano, los Hernández, ganaron el concurso La Orquídea de Plata Philips, y en la segunda parte, la película Taras Bulba, con Yul Bryner. Saben cómo pude asistir? Creo que tenía 17 años, había aprendido un poco el dibujo técnico y un estudiante de último año de ingeniería química de la UIS, me pidió que le hiciera los dibujos de la tesis, los hice, se graduó y me regalo la boleta: ¡era con corbata!

Como dice el tango: te acordás hermano qué tiempos aquellos.

Luis Carlos Villamizar Mutis

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