Desde nuestros primeros años nos enseñaron que la música colombiana era solo la que escuchábamos en las voces de Los Tolimenses, de Garzón y Collazos, de Posada y Calle, del Dueto de Antaño, en fin, quienes generalmente solo interpretaban bambucos, pasillos y danzas. Lo otro era o la música llanera o la música costeña, así era como se las denominaba.
Nada más alejado de la realidad: la música colombiana es la que se interpreta desde Leticia hasta San Andrés, desde Riohacha hasta Pasto y desde Puerto Carreño hasta Quibdó.
Por esa razón, en el Festivalito Ruitoqueño esa es la música que se escucha en las mejores interpretaciones que nos muestran los talentos regionales y nacionales. Allí nos emocionamos con ritmos como el paseo, la puya, el son, la cumbia, el porro, el bambuco, la danza, el vals, el pasillo, el joropo, el pasaje, la guabina, el mapalé, el currulao, el torbellino, el fox, la rumba, la carranga, y muchísimos otros ritmos que son parte de nuestro patrimonio cultural.