Todo tiempo pasado…

parque santander

Qué grato recordar el vecindario: nosotros nos movimos entre dos casas, una en la carrera 21 con calle 31 (Antonia Santos) y otra en la carrera 31 entre calles 32 y 33 (La Aurora).

En la de la carrera 21, es inimaginable hoy la sana convivencia que había entre vecinos; veamos:

-Se compartía el teléfono entre varias casas, lo cual traía dificultades pero se superaban. Recuerdan la voz de la telefonista…número?

-Se jugaba fútbol en la calle, se ponían en la esquina del parque Antonia Santos unas vallas que impedían el paso de los vehículos… y a jugar se dijo con estudiantes de la UIS de la época que después tomaron otros rumbos: Aguileras, Arenas, en fin, vidas truncadas por sus ideales, qué pesar.

-La novia vivía en la misma cuadra: uno la veía todos los días, a todas horas, viniendo del colegio, saliendo para el colegio, saliendo para misa, en fin, era un contacto frecuente, que no comodidad.

-En la noche, un amigo, creo de apellido Cadavid, nos asustaba con cuentos de brujas. Todos los niños de la cuadra embobados y aterrados escuchándolo. ¡No había televisión! Podemos concebir la vida sin ella? Claro que sí, era compartir muchísimas actividades sin estar vegetando frente a la caja mágica. La primera que tuvimos, marca Emerson, se la regaló una amiga a nuestra madre pues la señora compró a color, imagínense. Estamos hablando quizá de 1955 o algo así. Y los vecinos venían a ver (era el único aparato de la cuadra?) pero ya empezaba el concepto que hoy nos aterroriza con los medios modernos, cuando nadie habla, nadie contesta, nadie comparte, todos con una furibunda intensidad con la cabeza metida en sus aparatos de alta tecnología, qué tristeza.

-El parque Antonia Santos: qué maravilla, que paz, claro la rompíamos nosotros jugando fútbol cuando no estaba ese personaje que infortunadamente desapareció de nuestra ciudad: el parquero.

-Navidad: Cada noche de la novena, una de las casas facilitaba rezar la novena, nos vestíamos de campesinos, cantábamos villancicos, era francamente delicioso.

-Nuestra casa era antigua, amplia, patio central con 8 columnas de madera, 5 alcobas, un baño grande, patrio trasero, en fin, era muy cómoda y la puerta (y el contra-portón) siempre estaba abierta para todos los vecinos y amigos: ¡Las puertas permanecían abiertas o sin llave!

En la carrera 31 era otro cuento:

-En las manzanas vecina no había construcciones, era lo que llamábamos Los Pomarrosos, donde jugábamos a “tipos y apaches”, teníamos ocho o diez años, era una casa también de tamaño considerable, en la cual empezábamos a compartir con familia y amigos el gusto y la afición por la música, escuchando a nuestro padre hacer dúo con su hermana, encantador, nosotros rasguñando un tiple, una guitarra, amigos que iban diciéndonos: “hay mucha gente que quiere compartir estas veladas, agrándenlas”,  la verdad…todo cambia.

Luis Carlos Villamizar Mutis

Todo tiempo pasado…

5 comentarios en “Todo tiempo pasado…

  • 2 diciembre, 2015 at 1:38 pm
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    Sin duda, todo tiempo pasado es el mejor, pues recordar nuestra juventud, llena de de vida y salud, no se puede comparar con el presente. La tranquilidad de pueblos y ciudades, el respeto a los mayores, la educación de escuelas y colegios. etc.etc. Por eso es bueno repetir.TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR.

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  • 2 diciembre, 2015 at 2:37 pm
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    Momentos inolvidables de nuestra infancia.. Gracias a Dios. Nos permitio vivir aquellos momentos en mi Bucaramanga. Son muchos mis. Momentos inolvidables. Y muy sanos en nuestra tierra. Al lado de amigos. Vecinos y familiares muy trabajadores honestos. Que nos dieron las bases primordiales de la vida. Gracias. Saludos… GUILLERMO OSORI. Un saludo para t odos mis amigos de infancia en santander……. NOTA. HOY VIVO EN EL TOLIMA.

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  • 2 diciembre, 2015 at 4:53 pm
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    En el relato no me quedó claro lo del regalo del televisor porque llegó la televisión a color y dice que » estamos hablando de 1955″ la televisión a color llegó a Colombia en 1980

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  • 3 diciembre, 2015 at 7:16 pm
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    Todos tenemos recuerdos diferentes de nuestra niñez, pero siempre enmarcados en la paz, la armonía y la alegría de la familia y los vecinos. Sin tecnología se compartía y se disfrutaba más. Par mí es nostálgico recordar a mi Bucaramanga sin tanto tránsito y con mucha seguridad.

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  • 4 diciembre, 2015 at 12:47 pm
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    Excelente articulo. Definitivamente todo tiempo pasado fue mejor. Gracias

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