Santos Antonio López Castillo
Nació el día de “Todos los Santos”, un 1 de noviembre de 1907 en la ciudad de San Gil, en el hogar formado por Pompilio López Reyes, quien a la sazón y proveniente de Barichara se desempeñaba como director de la banda de dicha ciudad y Mercedes Castillo Ortiz.
Desde muy temprana edad se trasladó junto con sus hermanos José Miguel y Amalia a la capital comunera del Socorro en donde, contra la voluntad de su madre, se inició en la música de forma autodidacta incursionando en el tiple y en el barítono. A los 19 años se inicia en el violín al lado de su hermano José Miguel, quien había sido alumno del profesor Pedro Landazábal.
En 1928 ante la especial disposición de que estaba dotado para la interpretación, su padre y su hermano patrocinan su traslado a la ciudad de Bogotá con el fin de perfeccionar su técnica instrumental. Es así como ingresa al Conservatorio Nacional, dirigido por el gran musicólogo de la época el maestro Guillermo Uribe Holguín, decano del “Clasicismo Folklórico”, si así puede llamarse, mezcla de forma y sentimiento autóctono que, como lo aclarase a su profesor el entonces discípulo Emilio Murillo, a una inquietud del maestro Uribe le expresaba: “En mi tierra los bambucos se tocan con nota al oído”. El joven alumno, quien conjugaba estas dos virtudes, fué becado y, bajo la dirección de los profesores José María Prado y Anastasio Bolívar, estuvo por tres años especializándose en los rigores de la forma musical.
En 1931 regresa al Socorro y forma parte de la gran bohemia que por entonces se generó en dicha ciudad, disputándoselo por su técnica interpretativa todas las agrupaciones que hicieron época como el grupo «Los Toretes» del cual hicieron parte Julio Enrique Azuero López, José Alejandro Morales López, su primo Luis Felipe Durán López, Alcidez Lersundy, Rafael Daniel Reyes, Fidel Camacho, Daniel Ramírez y los hermanos Pedro Agustín y Próspero Aulí. De igual forma integró la orquesta familiar de los López integrada por su padre Pompilio, su hermano José Miguel, su tío Pedro Julio López, su primo Miguel Durán López, Fausto Sarmiento y Augusto Villamizar. Con integrantes de estas dos agrupaciones, como era de esperarse dada su formación musical, participó de la máxima expresión formal de la música folklórica colombiana que por entonces se dio, a través de la “Lira Luis A Calvo” reforzada por el trompetista Carlos Monroy, Leoncio Urrea y Luis Francisco Gómez.
Huyéndole a la bohemia y en busca de escenarios más reposados en 1933 se traslada a Zapatoca como violinista de apoyo del corista de la iglesia Vicente Quintero Díaz, pero prontamente entabla amistad con el gran flautista y compositor Leonidas Ardila Díaz, con quien crea un movimiento musical que aún hoy se recuerda. En el año de 1936 regresa al Socorro y su padre, que por entonces era el director de la banda, le inicia en la armonía que posteriormente le permitiría brillar como director de coros y agrupaciones musicales.
Por amistad con Pedro Villalobos, primo del gran músico Alejandro Villalobos, se traslada a B/manga y forma parte de la agrupación para entonces preferida de los bumangueses, la Orquesta «Aída», que bajo la dirección de Roberto Castellanos en el piano, integraban además: Juan Guerrero y Santos López en el violín, Guillermo Ávila y Adonaí González en la trompeta, Teodomiro Lindarte y Luis María Peña en el saxo, Espíritu Becerra en el contrabajo y «Patillas» en la batería. Jesús Villamizar locutor de Radio Bucaramanga, fue quien le puso nombre a la agrupación; corría el año de 1938. Paralelamente conformó un grupo que hizo historia en los escenarios de la Radio Santander de Francisco Bueno denominado » Los Caballeros de Antaño» del cual hacían parte Carlos Peña en el piano, Miguel Hernández en la flauta, y José Cardona en el contrabajo. Formó parte el maestro Santos López de la nómina que dió inicio a un grupo que hasta el día de hoy ha sido gloria de la música colombiana: «La Rondalla Bumanguesa», nombre que le colocó el bandolista José Ramírez Rueda, y del cual formaron parte en su primera etapa el gran José de Jesús Vargas » Varguitas»en la bandola, Juan Salas y Carlos Mariño, tiplistas, y el maestro Larrota en la guitarra.
A mediados de la década de los cuarenta, se traslada nuevamente a Bogotá, donde se vincula por un corto tiempo a la Banda Sinfónica de la Policía Nacional y es nombrado profesor del conservatorio, pero decide retornar a B/manga en donde se radica finalmente en 1947 dedicándose a partir de entonces primordialmente a la docencia y a la dirección.
Por sus capacidades musicales, el maestro Santos López hizo que su cátedra de música fuese disputada por los principales colegios de la ciudad, pero de manera especial se recuerda su paso por el Colegio Santander y la Escuela Normal de Señoritas. Participó del auge de la Rondalla Bumanguesa con la vinculación de la nueva generación de artistas en cabeza del joven maestro del violín Alfonso Guerrero y de los flautistas Alcibíades Parra y Carlitos Serrano, siendo incontables las misas, bautizos y matrimonios que contaron con el privilegio de su animación. Como director se destaca su paso por la banda del Batallón Ricaurte, la cual durante cerca de 20 años obtuvo destacados triunfos bajo su acertada batuta. Casó con Ofelia Arias ya fallecida y de esa unión nacieron sus hijas Sara y Leonilde, ésta última, intérprete de viola.
Si bien su creatividad no fue muy prolifera, se destaca su pasillo «Quo. Vadis».
Por su aporte a la formación musical de las nuevas generaciones y la preservación de la cultura folclórica de nuestra región le rendimos hoy un sentido homenaje.
Floridablanca, Mesa de las Tempestades, IX Festivalito Ruitoqueño, Mayo 15-16, 1999
MIGUEL LOPEZ ACEVEDO
P.D. Santos Antonio López falleció en la ciudad de Bucaramanga el diez (10) de agosto de dos mil cinco (2.005).